La Ruleta Chechena es el nombre de mi blog literario y también el título del libro. Cada dos semanas aproximadamente publico artículos con temas muy variados. También he empezado a publicar narrativa. El primer relato se titula La pistola.
Debes saber que hubo una vez un país que se llamaba la Unión Soviética, oficialmente llamada Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas (la URSS). Era un estado enorme, el más grande de todos los estados que existieron jamás. Esta era su bandera:
La hoz y el martillo simbolizan la unión entre trabajadores y campesinos. Componían la Unión Soviética 15 repúblicas soviéticas socialistas: Rusia, Ucrania, Bielorrusia, Azerbaiyán, Georgia, Turkmenistán, Uzbekistán, Tayikistán, Armenia, Kazajistán, Kirguistán, Letonia, Lituania, Moldavia, Estonia. Hoy día todas estas exrepúblicas soviéticas son estados independientes.
Se llamaban así porque su órgano legislativo era el soviet (asamblea o conjejo popular, en ruso). El máximo órgano constitucional era el Soviet Supremo, con un Presidium y un Consejo de Ministros.
El escudo de la Unión Soviética:
El jefe del estado (o el presidente) era el Secretario General del Partido Comunista. El Partido Comunista de la Unión Soviética (Коммунистическая партия Советского Союза, КПСС, en ruso) fue el único partido legal que controlaba el poder. Por eso la Unión Soviética no fue una democracia, sino una dictadura.
Este estado dejó de existir en los años 1991 y 1992 del siglo XX. En él vivieron millones y millones de ciudadanos honestos y trabajadores.
En el blog La Ruleta Chechena hay artículos sobre la transición de la dictadura a la democracia.
El texto del relato La pistola refleja el comienzo de la transición del comunismo al capitalismo en la desaparecida Unión Soviética, es decir la época del gran desorden: las antiguas leyes ya no funcionan, aparecían nuevos jefes que no buscaban privilegios sino posibilidades de enriquecimiento. El mundo criminal quería usurpar una parte a un estado que hasta entonces lo había controlado todo. Los jóvenes veían en ello una oportunidad de ganar dinero fácilmente.
Oleg, el jefe de los jóvenes delincuentes que aparecen en el relato, es un muchacho alto y fuerte, con planes muy claros de progresar en la vida. Nemoi es frío, inteligente, sin miedo al peligro pero carente de ambiciones. Su único deseo es tener los bolsillos llenos de billetes y gastarlos en placeres. Igori es el menor del grupo. Su tarea es la de robar de casa la pistola de su padre y llevársela a Oleg. Con la pistola Oleg logrará cumplir su sueño: obtener el primer encargo importante para así poder dar el gran salto y empezar su carrera de delincuente duro y respetado.
La acción del relato gira en torno a la pistola. A los tres muchachos les fascina lo que se puede conseguir con un arma de fuego: matar y con ello ganarse el aprecio de un hombre poderoso a quien todos admiran.