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civilización del consumo

Civilización del consumo

civilización del consumo

Al ingresar en la Real Academia Española, en 1975, el escritor español Miguel Delibes leyó el discurso titulado "El sentido del progreso desde mi obra". El texto entero es muy interesante y sigue siendo muy actual porque la actitud del ser humano con respecto al medio ambiente no ha cambiado en absoluto sino que, al revés, se ha vuelto aún más agresiva e irresponsable. Propongo un fragmento que anima a reflexión y es ofertante en actividades de lengua.

fungibilidad palabra creada por el autor, procede de fungible que remite a lo que se consume con el uso, ajarse (propiedad de la tela de perder la lisura, arrugarse a se șifona) , mellarse (desportillarse, a se știrbi), fundirse (derretirse se funden las bombillas becurile se ard, a se topi) desperdicios-residuos, restos resturi, risipă singular, meta scop, obiectiv, objetos perdurables lucruri trainice

Con la superfluidad es, por tanto, la fungibilidad la nota característica de la moderna producción, porque, ¿qué sucedería el día que todos estuviéramos servidos de objetos perdurables? La gran crisis, primero y, después, el caos.

Apremiados por esta exigencia, fabricamos, intencionadamente, telas para que se ajen, automóviles para que se estropeen, cuchillos para que se mellen, bombillas para que se fundan. Es la civilización del consumo en estado puro, de la incesante renovación de los objetos —en buena parte, innecesarios— y, en consecuencia, del desperdicio.

Y no se piense que este pecado es exclusivo del mundo occidental

Y no se piense que este pecado —grave sin duda— es exclusivo del mundo occidental puesto
que, si mal no recuerdo, Kruschev declaraba en sus horas altas de 1955 que la meta soviética era alcanzar cuanto antes el nivel de consumo americano. El primer ministro ruso venía a reconocer así que si el delirio consumista no había llegado a la URSS no era porque no quisiera sino porque no podía. Sus aspiraciones eran las mismas. En rigor, ambas sociedades, la oriental y la occidental, no son fundamentalmente diferentes en este punto.

Posibles actividades de comunicación:

¿Tú qué responderías a la pregunta que se hace el autor y él mismo contesta? ¿qué sucedería el día que todos estuviéramos servidos de objetos perdurables?

¿Estás de acuerdo con la afimación: Apremiados por esta exigencia, fabricamos, intencionadamente, telas para que se ajen, automóviles para que se estropeen, cuchillos para que se mellen, bombillas para que se fundan. Argumenta tu respuesta.

Contenido sociocultural y económico

El autor no hace niguna distinción entre la sociedad comunista y la capitalista ambas sociedades, la oriental y la occidental, no son fundamentalmente diferentes en este punto.

Podrías buscar información sobre los dos modelos de sociedades, comunista y capitalista para conocer en qué basaba cada una su economía. Indicios: economía planificada y de mercado.

1 thought on “civilización del consumo

  1. Tomescu Mihnea Andrei

    El autor identifica un fenómeno característico de las sociedades capitalistas llamado "obsolescencia programada". Este fenómeno se refiere a que todos los objetos vendidos en el mercado capitalista están diseñados para descomponerse después de cierto tiempo para que el consumidor regrese a la tienda. Esto es extremadamente tóxico para nuestro planeta, que no cuenta con recursos infinitos. Sin embargo, lo contradigo en su análisis de las sociedades comunistas: afirma que, debido al deseo de Jruschov de equiparar la producción de bienes de consumo de la URSS con la de Estados Unidos, esto significa que también busca una economía basada en la "obsolescencia programada", cuando en realidad se refiere a la gama de productos en sí. En general, los productos fabricados en las sociedades comunistas estaban diseñados para durar el mayor tiempo posible; aquí tenemos varios ejemplos, como las gafas casi indestructibles de Alemania Oriental, que desaparecieron casi instantáneamente tras la unificación alemana; otro buen ejemplo sería el rifle AK-47, que todavía se utiliza, aunque algunas copias tienen más de 50 años.

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