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Taylos Hill es la nueva americana corriente de tops de siluetas esculturales fruto del gimnasio. Ella ha desfilado en los desfiles primavera/verano 2015 de marcos como Kenzo, Versace y Dolce&Gabbana y ha sido imagen de Intimissimi.

Taylor Hill lo tiene todo para triunfar. Unos labios explosivos que la convierten en una perfecta heredera de Irina Shayk (que por cierto, tambien ha sido imagen de Intimissimi), unas cejas pobladas como dictan las tendencias y una imagen natural que responde a la de las nuevas caras de la moda, en la linea de la aclamada Malaia Firth. Descubierta con 14 anos en un rancho, Taylor se corona como una de las tops que mas van a sonar en el 2015. Incluso en el 2012 protagonizo un miniproyecto cinematografico de Nathan Presley.

A mi me gusta porque es muy natural. He leido que Gisele Bündchen es su modelo en la vida y esto es muy admirable porque Gisele es una mujer exitosa.

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Como a todas la chicas a mí me apasiona la moda y simpre busco modos de combinar mi ropa. Creo que también hay otras chicas con el mismo problema, así que he buscado algunas imágenes con ideas para combinaciones. Espero que les sean útiles y que lo disfruten.10744829_860092107359011_1620670450_n 10735890_860092144025674_739907431_n 10733569_860092120692343_1260144957_n 10752122_860092117359010_1306465921_n 10743605_860092124025676_1037616377_n 10745042_860092147359007_1004941145_n 10733674_860092134025675_185603183_n 10743785_860092104025678_910661245_n 10743342_860092100692345_1158771659_n 10745039_860092137359008_67917371_n

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Ella fue la primera y auténtica Miss Dior, la que dio nombre al mítico perfume de Christian Dior. Catherine Dior, la hermana pequeña del modista, mantuvo siempre una relación muy estrecha con él a pesar de llevar un estilo de vida alejado del mundo de la farándula. Pero ella es mucho más que “la hermana de” o que la mujer que le dio nombre a una de las fragancias más conocidas del mundo. Fue una mujer de convicciones, una heroína de la Resistencia francesa contra la ocupación nazi, alguien que sufrió torturas y que sobrevivió a los campos de concentración para luego vivir dedicada al negocio de las flores hasta su muerte, en el año 2008. Su especialidad eran las rosas y los jazmines. Las mismas que componen la base de la primera fragancia de Dior, dedicada a “su hermana pequeña favorita”, convertida en uno de los símbolos de la casa de moda y que acaba de centrar una inédita muestra en el Grand Palais de París.

La escena se remonta a un frío día de febrero de 1947 en el taller parisiense del modista. Christian Dior ultimaba su primer desfile —una colección que luego sería bautizada como New Look—, el cual había decidido ambientar con el perfume que acaba de crear con Paul Vacher. Se encontraba con sus más cercanos colaboradores intentado buscarle un nombre al invento. Mitzah Bricard, gran musa del costurero, caminaba de un lado al otro de la sala intentado encontrar el nombre perfecto, cuando se dio cuenta de que había entrado discretamente en la habitación Catherine Dior. “Anda, ¡aquí tenemos a Miss Dior!”, exclamó. “Miss Dior: ¡ahora tenemos nombre para mi perfume!”, contestó su creador. Así surgió el nombre. Para Dior además era una forma de rendirle homenaje a su amada hermana.

Catherine era la pequeña de los cinco hermanos. Nació en 1917, doce años después que Christian, pero la diferencia de edad no impidió que ambos mantuvieran una relación muy estrecha. A principios de la década de los treinta, la familia sufrió un doble golpe: la pérdida de la madre y la quiebra, la cual obligó al padre a abandonar su Normandía natal para trasladarse al sur de Francia. Se llevó con él a la hija pequeña, Catherine, todavía una adolescente, y se instalaron a unos 20 kilómetros de Grasse, en la localidad de Caillan.

“Era algo muy importante para Christian Dior porque iba mucho a visitar a su padre y a su hermana, y esto le permitió descubrir la perfumería de Grasse”, una zona de cultivo intensivo de rosas y de jazmines, relata ahora Frédéric Bordelier, presidente del departamento Brand Heritage de la lujosa casa. Durante casi un año estuvo encerrada en un campo de concentración

La vida de Catherine dio un nuevo giro un día de 1941, en plena Segunda Guerra Mundial. Se encontraba en Cannes, en la Costa Azul, cuando entró en una tienda para comprarse una radio nueva. Allí conoció a Hervé des Charbonneries. El encuentro fue un verdadero flechazo y, a pesar de que él estaba casado, entablaron un romance que duró toda la vida. La joven se unió a su nuevo amor en su combate dentro de la red franco-polaca de la Resistencia que operaba en el sur de Francia. Se dedicaban a transmitir informaciones sobre el enemigo alemán a las tropas libres del general De Gaulle y a los Aliados. Catherine escribía a máquina —una máquina que todavía hoy conservan sus herederos— todos los informes que luego mandaban a Londres.

En sus viajes a París, Catherine se alojaba a menudo en casa de su hermano, sin que este supiera nada de su vida de resistente. Que acabaría descubriendo con el devenir de los acontecimientos. El 6 de julio de 1944, Catherine tenía una cita en la plaza del Trocadero con una compañera de la lucha. Pero los que aparecieron fueron unos agentes de la Gestapo, que la detuvieron y la torturaron. El 15 de agosto, en vísperas de la liberación de París, fue subida en un tren y deportada al campo de concentración de Ravensbrück, del que no regresó hasta mayo de 1945. “Le han dado todas las medallas de honor imaginables, en Francia y en Polonia, pero ella siempre fue muy discreta sobre esa parte de su vida”, dice Bordelier.

Años después testificó en el juicio militar contra 14 responsables de la oficina de la Gestapo en París, en el que tuvo que describir las torturas a las que la sometieron. “Señor presidente, sé lo que digo. ¡En este caso hubo muertos y hoy discutimos de detalles por unos crápulas!”, se enfadó durante la sesión cuando el presidente del tribunal le preguntó en detalle sobre las personas presentes, según recuerda una crónica de la época del diario Le Monde. Catherine también se desmarcó públicamente de las declaraciones neonazis de su sobrina Françoise, quien se casó en 1963 con Colin Jordan, fundador del partido de extrema derecha británico.

Después de la guerra, las autoridades la recompensaron por sus actos heroicos durante la contienda dándole un mandato particular como vendedora de flores frescas en el mercado de Les Halles de París. Catherine se volcó entonces en la explotación de rosas y jazmines en su casa de Grasse, que entregaba a los perfumistas de la zona, y subía con frecuencia a París para vender flores, tiempo que aprovechaba para visitar a su hermano. Como aquel día de invierno de 1947 en el que nació Miss Dior. Su dedicación por las flores la siguió hasta su muerte en junio de 2008.

Tras la súbita desaparición de Christian Dior en 1957 víctima de un ataque al corazón, con 10 intensos años de trabajo a sus espaldas, Catherine se dedicó a velar por la herencia cultural de su hermano. “A partir de entonces, realmente será la guardiana moral de la obra de Dior, sea para las exposiciones o los escritos. Siempre estuvo muy involucrada”, asegura Bordelier. Participó activamente en la apertura en los años noventa del Museo Dior en Grainville, en la casa en la que ambos crecieron. “Era como la guardiana del templo”, añadió. Catherine descansa ahora en Callian, en el sur de Francia, junto a su hermano.

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La historia del sombrero

1. Los primeros sombreros

El origen del sombrero es muy antiguo y su uso y forma se han ido transformando a lo largo del tiempo. El primer registro del sombrero con alas data en realidad del siglo V a.C. en Grecia, el cual fue usado por viajeros y cazadores para protegerse del sol y de la lluvia.

2. Siglo XIV-XVI

En el siglo XIV el sombrero también se utilizó en Europa por una necesidad de revelar status social y cultural durante el Renacimiento. Integrantes de la monarquía lo usaban para diferenciarse de otras clases sociales.

3. Siglo XVII

Desde el siglo XVII, Francia comenzó a ser conocido como el centro de moda europeo. En esta época se pusieron de moda las pelucas ―tendencia iniciada por el rey Luis XIII de Francia― y por tanto los sombreros debían ser más anchos, incluso con alas más anchas, y eran adornados con gran variedad de plumas y encajes.

4. Siglo XVIII

En el siglo XVIII, la ciudad de Milán comenzó a ser conocida como el lugar en donde se hacían los sombreros de mejor calidad para las mujeres.

5. 1900-1920

Las plumas hicieron furor durante este período, tanto así que las mujeres llegaron a utilizar sombreros con pájaros disecados. En esta década, Chanel comenzó a diseñar sombreros de moda, pues notó la necesidad de las mujeres de lograr un estilo diferente y de identificarse entre las demás mujeres.

6. Siglo XXI

En este siglo es poco común que las mujeres usen sombrero a diario, a menos que sea para cubrirse del sol o del frío. Lo mismo sucede con los sombreros para  hombres. Sin embargo, los diseñadores siguen creando sombreros para ocasiones especiales. Estos accesorios  continúan teniendo sus adeptos, por ejemplo entre miembros de la realeza y algunas celebridades.

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Dinca Raluca y Dorobat Ana-Maria.

Sombreros de una reina

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En el universo de Valentino, la belleza nunca puede ser problemática, mucho menos política, y la perfección estética es el único valor moral absoluto. Al percatarse de que en su sofá está sentada una hereje desaliñada con una visión del mundo distinta a la suya, parece algo desconcertado pero curioso. Al final, para nuestra mutua sorpresa, una de mis preguntas atrae su interés: «¿Qué piensa de la campaña para excluir de los desfiles a las modelos peligrosamente delgadas?». A lo que él responde: «Siempre se ha hablado de ello, luego la prensa ha insistido para que no volvieran a aparecer chicas así, que no pesan nada y que, a su modo, les falta sustancia. Tratamos, bueno, yo no... Otros trataron de que desfilaran modelos más metidas en carnes». Se interrumpe con una expresión de disgusto, como un niño obligado a comerse unas acelgas. Y continúa: «No puede funcionar. ¿Sabe por qué? Porque cuando muestras por primera vez un modelo con tu creación, con tu mente, quieres hacer realidad vestidos, no sentirte obligado a proceder de una determinada manera. Si lo haces para un cuerpo más lleno, no puedes expresarte como deseas. Si quieres añadir algo en un lado o cambiar un detalle en el otro y el cuerpo no es... [dibuja un palo invisible con las manos] nada, no se puede hacer. Ese es el motivo. Cuando muestras una creación por primera vez, la chica debe ser como un sueño. Debes poder permitirte todo: lazos, fruncidos, volantes... ¡Todo! A las chicas les encanta ver desfiles porque pueden admirar un sueño sobre la pasarela, y un vestido es como un sueño. Eso es lo que he creado toda mi vida, lo que he absorbido desde siempre. Y así es como me convertí en un perfeccionista. En mi trabajo, en las casas de moda, en todo, no querer ver más que belleza. Soy así».