Skip to content

dior

Ella fue la primera y auténtica Miss Dior, la que dio nombre al mítico perfume de Christian Dior. Catherine Dior, la hermana pequeña del modista, mantuvo siempre una relación muy estrecha con él a pesar de llevar un estilo de vida alejado del mundo de la farándula. Pero ella es mucho más que “la hermana de” o que la mujer que le dio nombre a una de las fragancias más conocidas del mundo. Fue una mujer de convicciones, una heroína de la Resistencia francesa contra la ocupación nazi, alguien que sufrió torturas y que sobrevivió a los campos de concentración para luego vivir dedicada al negocio de las flores hasta su muerte, en el año 2008. Su especialidad eran las rosas y los jazmines. Las mismas que componen la base de la primera fragancia de Dior, dedicada a “su hermana pequeña favorita”, convertida en uno de los símbolos de la casa de moda y que acaba de centrar una inédita muestra en el Grand Palais de París.

La escena se remonta a un frío día de febrero de 1947 en el taller parisiense del modista. Christian Dior ultimaba su primer desfile —una colección que luego sería bautizada como New Look—, el cual había decidido ambientar con el perfume que acaba de crear con Paul Vacher. Se encontraba con sus más cercanos colaboradores intentado buscarle un nombre al invento. Mitzah Bricard, gran musa del costurero, caminaba de un lado al otro de la sala intentado encontrar el nombre perfecto, cuando se dio cuenta de que había entrado discretamente en la habitación Catherine Dior. “Anda, ¡aquí tenemos a Miss Dior!”, exclamó. “Miss Dior: ¡ahora tenemos nombre para mi perfume!”, contestó su creador. Así surgió el nombre. Para Dior además era una forma de rendirle homenaje a su amada hermana.

Catherine era la pequeña de los cinco hermanos. Nació en 1917, doce años después que Christian, pero la diferencia de edad no impidió que ambos mantuvieran una relación muy estrecha. A principios de la década de los treinta, la familia sufrió un doble golpe: la pérdida de la madre y la quiebra, la cual obligó al padre a abandonar su Normandía natal para trasladarse al sur de Francia. Se llevó con él a la hija pequeña, Catherine, todavía una adolescente, y se instalaron a unos 20 kilómetros de Grasse, en la localidad de Caillan.

“Era algo muy importante para Christian Dior porque iba mucho a visitar a su padre y a su hermana, y esto le permitió descubrir la perfumería de Grasse”, una zona de cultivo intensivo de rosas y de jazmines, relata ahora Frédéric Bordelier, presidente del departamento Brand Heritage de la lujosa casa. Durante casi un año estuvo encerrada en un campo de concentración

La vida de Catherine dio un nuevo giro un día de 1941, en plena Segunda Guerra Mundial. Se encontraba en Cannes, en la Costa Azul, cuando entró en una tienda para comprarse una radio nueva. Allí conoció a Hervé des Charbonneries. El encuentro fue un verdadero flechazo y, a pesar de que él estaba casado, entablaron un romance que duró toda la vida. La joven se unió a su nuevo amor en su combate dentro de la red franco-polaca de la Resistencia que operaba en el sur de Francia. Se dedicaban a transmitir informaciones sobre el enemigo alemán a las tropas libres del general De Gaulle y a los Aliados. Catherine escribía a máquina —una máquina que todavía hoy conservan sus herederos— todos los informes que luego mandaban a Londres.

En sus viajes a París, Catherine se alojaba a menudo en casa de su hermano, sin que este supiera nada de su vida de resistente. Que acabaría descubriendo con el devenir de los acontecimientos. El 6 de julio de 1944, Catherine tenía una cita en la plaza del Trocadero con una compañera de la lucha. Pero los que aparecieron fueron unos agentes de la Gestapo, que la detuvieron y la torturaron. El 15 de agosto, en vísperas de la liberación de París, fue subida en un tren y deportada al campo de concentración de Ravensbrück, del que no regresó hasta mayo de 1945. “Le han dado todas las medallas de honor imaginables, en Francia y en Polonia, pero ella siempre fue muy discreta sobre esa parte de su vida”, dice Bordelier.

Años después testificó en el juicio militar contra 14 responsables de la oficina de la Gestapo en París, en el que tuvo que describir las torturas a las que la sometieron. “Señor presidente, sé lo que digo. ¡En este caso hubo muertos y hoy discutimos de detalles por unos crápulas!”, se enfadó durante la sesión cuando el presidente del tribunal le preguntó en detalle sobre las personas presentes, según recuerda una crónica de la época del diario Le Monde. Catherine también se desmarcó públicamente de las declaraciones neonazis de su sobrina Françoise, quien se casó en 1963 con Colin Jordan, fundador del partido de extrema derecha británico.

Después de la guerra, las autoridades la recompensaron por sus actos heroicos durante la contienda dándole un mandato particular como vendedora de flores frescas en el mercado de Les Halles de París. Catherine se volcó entonces en la explotación de rosas y jazmines en su casa de Grasse, que entregaba a los perfumistas de la zona, y subía con frecuencia a París para vender flores, tiempo que aprovechaba para visitar a su hermano. Como aquel día de invierno de 1947 en el que nació Miss Dior. Su dedicación por las flores la siguió hasta su muerte en junio de 2008.

Tras la súbita desaparición de Christian Dior en 1957 víctima de un ataque al corazón, con 10 intensos años de trabajo a sus espaldas, Catherine se dedicó a velar por la herencia cultural de su hermano. “A partir de entonces, realmente será la guardiana moral de la obra de Dior, sea para las exposiciones o los escritos. Siempre estuvo muy involucrada”, asegura Bordelier. Participó activamente en la apertura en los años noventa del Museo Dior en Grainville, en la casa en la que ambos crecieron. “Era como la guardiana del templo”, añadió. Catherine descansa ahora en Callian, en el sur de Francia, junto a su hermano.

www.elpais.com/