Córdoba.
Lejana y sola.
Jaca negra, luna grande,
y aceitunas en mi alforja.
Aunque sepa los caminos
yo nunca llegaré a Córdoba.
(Poema, fragmento, Federico García Lorca)
Ciudad andaluza, capital de la provincia con el mismo nombre. Está situada en una depresión a orillas del Guadalquivir y al pie de Sierra Morena.
Es la tercera ciudad de Andalucía tanto por tamaño como por población, por detrás de Sevilla y Málaga. Escudo municipal de Cordoba: Campo de plata, león rampante, de gules, uñas de oro y coronado. Bandera:
Representa una vista del puente romano, el Guadalquivir, la noria, la puerta del puente, la Mezquita y Alminar flanqueado de palmeras.
La primera vez que aparece escrito el nombre de la ciudad fue tras la conquista romana (169 A.C.). Los romanos la llamaron “CORDUBA”. Córdoba fue durante la época romana la capital de la Bética, la provincia romana de Hispania. Tras la caída del imperio romano, Córdoba fue invadida por los Visigodos. El dominio visigodo fue relativamente corto debido a la invasión musulmana llevada a cabo en la península por Tarik en el 711. Durante la época de Abderramán III, nombrado califa en el 929, Córdoba alcanzó el mayor esplendor de su historia, independizándose del Califato de Damasco y convirtiéndose en una de las ciudades más importantes de reino musulmán, Al Andalus.
Vista del Puente Romano y Mezquita
Mezquita (interior)
Iglesia de San Lorenzo
Torre de la Malmuerta.
Cuenta la leyenda que hubo un caballero, ascendiente de los marqueses de Villaseca, casado con una bella dama. Esta, con un corazón dedicado a los más pobres, salía de casa cada tarde para prestar ayuda en labores humanitarias en la ciudad, ofreciendo comida y ropas a las gentes más desfavorecidas.Este hecho se lo ocultaba a su marido, pues no veía bien que personas de una alta cuna se codearan con la clase baja. El marido, sospechando de estas salidas cotidianas de su esposa fue presa de los celos, creyendo que salía cada día para encontrarse con un amante, y un día la mató culpándola de adulterio. Más tarde descubrió la verdad y sintiéndose avergonzado, pidió perdón al rey, el cual le mandó construir una torre, que tendría por nombre “La Malmuerta” y de esta forma sería recordada la mujer durante siglos. Esta es la historia que cuenta por qué llaman a esta torre con el nombre "de la Malmuerta".
Todos somos iguales y no debemos tener una clase alta y una baja. El hombre no era un caballero noble. Era un criminal lleno de envidia. La mujer era inocente. No me gusta la leyenda. =(((
Pero la lección sobre Córdoba fue muy interesante. =)
Gracias Ema por tu comentario. Tienes razón en eso de que todos deberíamos ser iguales.