Es lo que se hace todavía en los pueblos de toda Rumanía. La costumbre se celebra como una fiesta que reúne a toda la familia. Los hombres se encargan de matar al animal y de cortarlo en pedazos mientras que las mujeres se dedican a hacer los guisos tradicionales que consisten en toda clase de embutidos, caltabos, carnati, pastrama, sunca. Las entrañas se aprovechan para preparar los carnati (especie de chorizos largos y finos). Entre 150 y 200 metros vamos a preparar este año, dice la mujer. Que os aproveche y felices fiestas a todos.