Si yo fuera profesor
por David Stanciu (12A)
Si yo fuera profesor, me comportaría bien con mis estudiantes para ganar su respeto y su confianza. Durante todo el año escolar voy a ser indulgente cuando uno de mis alumnos no haga sus deberes o cuando no sepa nada de la última lección. Voy a hacer los exámenes muy fáciles para ayudar a los alumnos a sacar notas buenas para subir su media general.
Con esa estrategia voy a ser el profesor favorito de todos los alumnos. Si en mi clase hay niños ruidosos o que no se comportan con respeto hacia otras clases, yo los voy a defender. Los voy a defender también cuando sus acciones parezcan indefendibles, solamente para parecer su amigo.
Con esa estrategia voy a ser invitado a sus fiestas y a sus viajes, donde voy a parecer un amigo más. Por ejemplo puedo relatar cosas de mi pasado para ganar más confianza y con eso voy a aprender más de la vida de mis alumnos.
Pero todo eso fue un juego de esperanza, respeto y confianza. Durante todo este tiempo voy a llevar una máscara de un adulto amistoso, amable, bueno y divertido. Pero la máscara se va a caer muy pronto.
Un día, de repente, voy a escuchar a todos mis alumnos para darles notas. Sin excusas, sin aplazarlo y también sin decirles qué notas han sacado. Todo eso va a ocurrir durante las dos últimas semanas de escuela, cuando todos los alumnos no vayan a prestar atención a ninguna clase. Entonces voy a atacar con todo lo que he preparado durante el año: exámenes sobre exámenes, sobre exámenes, cada día en cada clase, con todo el temario del año escolar.
Y cuando el curso se haya terminado, desapareceré de la escuela y me iré de vacaciones a las Maldivas, para celebrarlo.
por David Stanciu (12A)