Carnaval de Cádiz, siete siglos de sonrisas
Es como un niño. Y eso que tiene setecientos años de historia. El Carnaval de Cádiz, la fiesta mayor de la ciudad, luce sus mejores sonrisas y pregona sus letras a través de sus murgas, comparsas, coros y chirigotas. Tomen nota: Será entre el 7 y el 17 de febrero.
Cádiz, la ciudad más antillana a este lado del Atlántico, celebra estos días su fiesta mayor. Aunque los carteles oficiales anuncian que la fiesta será entre el 7 y el 17 de febrero, la capital más blanca y sonriente de Andalucía anda ya con la máscara puesta.
En especial en el populoso barrio de La Viña, donde nació todo. Declarada de Interés Turístico Internacional, el Carnaval de Cádiz vuelve a llenar calles y plazas y pregona sus actos en cabalgatas, tablaos y actos gastronómicos donde todos están invitados.
Sepan además que tampoco el final real de la fiesta coincide con el oficial, ya que aunque 17 de febrero es domingo de piñata y un castillo de fuegos artificiales dice adiós a la fiesta, el fin de semana siguiente tiene lugar el carnaval chiquito o carnaval de los jartibles, los que todavía quieren más.
Todo comienza con las degustaciones gastronómicas y el Concurso de Agrupaciones de Carnaval, donde participan cuartetos, chirigotas, comparsas y coros. El día 8 de febrero se celebrará la final en el Gran Teatro Falla. Pero no se molesten; No queda una entrada a la venta; se acabaron hace semanas. El concurso es un mofa de la actualidad donde no queda títere con cabeza. Los letristas repasan con coplas y actuaciones sobre el escenario todo lo que ha sido noticia en Cádiz, Andalucía, España y el mundo. Nadie se libra del ingenio y la ironía del gaditano. Y mucho menos los sinvergüenzas.
La gran final abre el carnaval en la calle. Es entonces cuando el pueblo se convierte en el único protagonista de la fiesta. El sábado 9 de febrero está previsto que se dicte el pregón en la plaza de San Antonio. Este año tan excelso honor recaerá en el cantante Jorge Drexler. La costumbre dicta acudir al acto disfrazado de máscara y obligado a pasarlo bien. No hay lujos, una simple careta bastará.
El día siguiente no es menos multitudinario. El carnaval abandona su carácter nocturno y toma el abrigo al calor del mediodía. El carrusel de coros toma las calles del centro. Es costumbre escucharlos, tomando una copa de fino de Jerez o Sanlúcar, sumándose a los cantos que a esta altura de la fiesta todo el mundo sabe. Hace dos años, tras varios de ausencia, el carrusel retornaba a la Plaza del Marcado.
Los más pequeños prefieren disfrutar con la cabalgata magna que atraviesa la Avenida en un desfile de color el domingo día 10 al caer la tarde. De aquí a los fuegos artificiales con el mar de fondo. El lunes 11 el carrusel de coros vuelve a tomar el centro con un público menos numeroso. Es día festivo sólo en la ciudad de Cádiz. Las jornadas siguientes la fe carnavalesca disminuye, pero solo en apariencia. Es una buena oportunidad para escuchar a las agrupaciones por los distintos tablaos que se instalan en la ciudad y disfrutar de las ilegales en la Viña hasta altas horas de la madrugada.
El viernes 15 de febrero vuelve la animación y el sábado de piñata en la calle de la Palma, en el corazón de la Viña, se celebra la llamada cabalgata chica. Por último, el domingo de piñata el carnaval pone punto y final con la quema de la bruja Piti en la gaditana playa de la Caleta, mientras, a pocos metros, desde el Castillo de San Sebastián se lanzan los fuegos artificiales que despiden a Don Carnal.