Agota todo aquello que luce, relanza la carrera de diseñadores y potencia los nuevos talentos. El poder de la Primera Dama de Estados Unidos es imparable.
50 minutos. Es el tiempo que tardó en agotarse un vestido amarillo firmado por Narciso Rodríguez. La responsable de este revuelo no fue otra que Michelle Obama al lucir dicha prenda para asistir a uno de los discursos de su marido sobre el Estado de la Unión. A pesar de ser muy cara, más exactamente 1.825 euros, las existencias de esta pieza de la colección otoño-invierno del creador (a la venta en la tienda online Neiman Marcus) desaparecieron en menos de una hora.
No es la primera vez que la Primera Dama provoca este efecto con su vestuario. La carrera de la cubana Isabel Toledo fue relanzada después de que la mujer del Presidente de Estados Unidos escogiera varias de sus prendas para asistir a diversos actos oficiales, y la web de Asos agotó un vestido a cuadros después de que apareciera con el puesto en una imagen abrazando a su marido que dio la vuelta al mundo a traves de Twitter.
Pero si hay un diseñador al que le une una relación especial eso es Jason Wu. Sus ventas crecieron de forma considerable tras la aparición de la Primera Dama de Estados Unidos con uno de sus vestidos en la investidura de su marido en 2009, con tal éxito que repitió encargo para el baile de la segunda toma de posesión de Barack Obama.
Gracias Teo.