por Robert Lozinski
Me doy cuenta de que los alumnos me necesitan cada vez menos. Tienen a Google, el profesor universal, al que acuden con un solo clic y les contesta en seguida a cualquier pregunta, por "cursi" que sea sin poner cara de vinagre ni preguntarles ¿cómo es posible que no lo sepas? ¿Qué le vamos a hacer? Así son son los tiempos. Pizarras listas por encerados, tabletas por cuadernos, teclados por lápices. En unas palabras, tecnologías por personas. A ellos parece encantarles estos cambios. La pregunta es cómo transformarlos en herramientas de aprendizaje.
Pronto se van a cumplir dos años desde que El Blog de Los Cervantinos funciona. Lo utilizo en clase para trabajos on line que son los que más les van. Ellos comentan alguna noticia o escriben y publican un artículo mientras que yo, como editor, los corrijo en seguida y les indico los errores. Es la parte que más me gusta también a mí porque tiene dinámica y es muy divertida. Mientras redactan algo, lo que sea, me preguntan palabras o cómo expresar mejor en español esto o aquello. El ambiente es de ruidosa empresa. Las categorías más utilizadas fueron En clase y Punto y aparte. En clase es donde les pongo tareas en vivo. En Punto y aparte escriben relatos que yo corrijo luego. Con satisfacción he observado que el nivel de muchos alumnos ha mejorado. Para algo ha servido todo este esfuerzo.
Hemos desarrollado sesiones con tema común. Es decir, les pongo una entrada (un relato, la letra de una canción, un artículo). Los alumnos la leen, se apuntan las palabras o expresiones desconocidas y luego hacen sus comentarios que yo corrijo sobre la marcha. Es cómoda para el profesor porque los tiene mejor controlados. Al final los dejo que se comenten entre ellos algo que al parecer les gusta mucho. Pongo aquí unas cuantas.